Por la mañana, desperté temprano y puse rumbo a África. Estuve visitando mercados municipales, mercadillos, bazares donde se vende de todo, …haciendas antes fértiles y hoy abandonadas,… y anduve por sus carreteras visitando el país de mi destino virtual y eventual de trabajo.
Después de volver de África, me fui a dar mi paseo de los sábados hasta la Playa del Pozuelo.
El bullicio del verano ya no estaba. La gente paseaba tranquilamente en un día de calma chicha, con el aire quieto, el mar semejando un lago transparente, las nubes apenas inexistentes y la temperatura rozando los 25º. En la playa las toallas y tumbonas estaban a distancia, a más de diez metros unas de otras,… esto si era paz.
Cuando pasé por San Cristóbal me topé con los pobres inmigrantes de color que venden sus imitaciones, y de nuevo volví a África… sus mercados, la carne de mono, los puestos de los mercados, la venta en el suelo, la falta de agua, los cortes de energía, la escasez de hielo,… la yuca, la malanga … la pobreza extrema, la riqueza extrema, el petróleo… África un continente de grandes contrastes.
Seguí con mi paseo y no dejé de saborear el buen día que hoy hacía.
Por la tarde, de nuevo volví a África. Me sumergí en los informes de cada país, en sus injusticias, en los hilos del poder, en sus frágiles democracias y …
Por la noche, la mosquitera y a dormir.
Hasta pronto.
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